Consentimiento Tácito

Imagina que estás navegando por Internet y, al entrar en una página web, aparece un aviso en el que se te indica que, si continúas haciéndolo, se entenderá que estás de acuerdo con las políticas del sitio web. Tú continúas navegando y, por tanto, estás aceptando lo avisado, aunque no hayas indicado tu consentimiento expreso. Esto es, sin duda, un claro ejemplo de qué es el consentimiento tácito. ¿Quieres conocer más sobre ello? 

En este artículo mostraremos ejemplos del consentimiento tácito, así como los requisitos para que se considere válido y cuál es la jurisprudencia aplicada en estos casos. ¿Nos acompañas a conocer todos los detalles y su relación con la protección de datos? ¡Vamos! 

¿Qué es el consentimiento tácito? 3 ejemplos 

El término consentimiento tácito hace referencia a la aprobación que una persona no expresa de forma directa o explícita, pero que se deduce de sus acciones o comportamientos. Dicho de otro modo, es el conjunto de decisiones que una persona puede tomar y de las que se deriva su consentimiento, aunque este no sea explícito.  

Este consentimiento tácito no se daría si, en lugar de un comportamiento pasivo –del que se deriva una aprobación-, la persona demostrase su oposición mediante su comportamiento o acciones. En estos casos, la inacción también es considerada como una aceptación tácita de un contrato. 

Para entender mejor qué es el consentimiento tácito, te proponemos tres ejemplos diarios que te ayudarán a entender mejor su funcionamiento. ¡Veamos! 

Ejemplo 1: Imagina que estás suscrito a un servicio concreto que ofrece una empresa, como servicios de streaming o la suscripción a una revista mensual. Esta te avisa de que, a no ser que canceles tú mismo la suscripción, esta se renovará automáticamente cada mes. Si no lo haces, se considera que has dado tu consentimiento tácito para la renovación. 

Ejemplo 2: Imagina que llevas a tus hijos a una escuela infantil en la que te avisan que, a no ser que avises y lo solicites expresamente, podrán tomar fotos y vídeos de tus hijos y publicarlas en sus redes sociales. Así, a no ser que tú digas lo contrato, se asume que estás de acuerdo con ello. 

Ejemplo 3: Imagina que tienes un smartphone u otro dispositivo electrónico y tu fabricante de software te informa que las actualizaciones se realizarán automáticamente a no ser que indiques lo contrario.  

Requisitos para que se considere válido el consentimiento tácito 

Ahora ya sabes qué es el consentimiento tácito, ¿verdad? Sin embargo, es probable que todavía no sepas cómo funciona. Por ello, a continuación, te mostramos los requisitos para que el consentimiento tácito se considere válido.  

• Debe haberse informado previamente a las personas afectadas.  

• La información que se comunica debe ser clara y veraz. No pueden existir contrariedades ni dobles sentidos. 

• No debe existir una oposición por parte de la persona afectada.  

• Las personas afectadas deben estar en posesión de la capacidad para entender y tomar decisiones por sí mismo.  

• La decisión del consentimiento tácito debe ser voluntaria y los afectados no han podido ser sometidos a chantaje.  

Si una información contiene todos estos requisitos, probablemente el consentimiento tácito se considerará válido y efectivo. 

¿Tiene validez el consentimiento tácito? 

Como hemos señalado en el punto anterior, el consentimiento tácito tiene validez siempre y cuando se cumplan los requisitos anteriores. De hecho, la validez con la que cuenta es una validez jurídica, que sería reconocida por cualquier juzgado, derivando posibles consecuencias legales.  

Sin embargo, podemos encontrarnos con alguna excepción. El ámbito de la protección de datos puede ser uno de ellos, puesto que presenta algunos requisitos más estrictos que otros sectores. En este sentido, la Agencia Española para la Protección de Datos (AEPD) asegura que “el RGPD requiere que el consentimiento sea «inequívoco», lo que supone que se preste mediante una manifestación del interesado o mediante una clara acción afirmativa. Esto excluye la utilización del llamado consentimiento tácito, que permitía la normativa española de protección de datos”. 

Por ello, en el sector de la protección de datos personales, no se considerarán válidas las acciones derivadas de marcar casillas de forma online o la inacción, como sí ocurre en otros ámbitos. 

Jurisprudencia sobre el consentimiento tácito 

La jurisprudencia sobre el consentimiento tácito puede variar notablemente entre contextos y lugares. Normalmente, los tribunales tendrán en cuenta las particularidades y circunstancias de cada caso antes de tomar una decisión sobre la validez del consentimiento tácito. Las pruebas deben ser claras y, por ello, la información que se aporte a los afectados, también.  

La propia AEPD asegura que “la jurisprudencia ha establecido que no todo silencio equivale a consentimiento tácito”. En este sentido, indican que “en la sentencia del Tribunal Supremo 257/1986, se señala que debe haber circunstancias inequívocas que indiquen que la persona consiente, y el silencio no puede atribuirse a otro significado que no sea el consentimiento”. 

¿Qué es un acuerdo tácito? ¿Es válido el consentimiento tácito en protección de datos? 

El consentimiento tácito y el acuerdo tácito son dos términos vinculados de forma estrecha. Y es que no es posible entender el uno sin el otro. El acuerdo tácito es cualquier acuerdo derivado de la decisión de dos o más partes de ponerse de acuerdo sin que exista una comunicación explícita, sea verbal o escrita. Sin duda, se trata de un tipo de acuerdo muy habitual en el día a día de cualquier persona con su entorno más cercano, pero no lo es tanto en el ámbito profesional.  

Tanto es así que, por ejemplo, en la protección de datos, el acuerdo tácito no se considerará válidos, puesto que no es posible demostrar el consentimiento explícito e inequívoco de todas las partes. Aunque sí lo era anteriormente, ya no lo es, y las empresas –de cualquier sector-, deben ser conocedoras de ello. 

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